domingo, 27 de marzo de 2011

Historia de vida


Es un hombre con una historia muy extensa e interesante. Este peruano de 48 años está casado con una colombiana desde hace 21 años. Desde pequeño demostró una extraordinaria inteligencia y madurez. El mayor de tres hijos, creció en un hogar donde su padre como Teniente Coronel del ejército tenía que viajar mucho. Por eso fue criado mayormente por su abuela y su madre. Pero es evidente en la manera de expresarse que su padre fue una figura de ejemplo y admiración.

Habla con nostalgia de su juventud, de los veranos en Lima en que al salir del colegio o la universidad se iba con sus amigos para la playa con nada más que una pantaloneta y una toalla bajo el brazo. Habla con emoción de las vacaciones en que con su hermano cogían un bus hacia alguna región lejana del Perú a visitar a su padre y a vivir aventuras dignas de Indiana Jones.

Cuando entró a estudiar medicina usaba las vacaciones para hacer de voluntario en alguna misión médica en las selvas del Perú y ahí despertó un profundo sentido de labor social y ayudar a los demás.

Después de casarse vivió en Convención, Norte de Santander por un año, donde nació su hija mayor. Después se trasladó con su familia a vivir en un pueblo recóndito de la selva peruana a servir en una misión médica llamada San Lucas durante 5 años, donde nació su segunda hija. Nuevamente se trasladó con su familia a Escocia porque recibió una beca para estudiar teología en una de sus universidades más prestigiosas. Ahí nació su hijo, el menor de todos, el Benjamín.

Su amor por Latinoamérica pudo más y al terminar sus estudios decidió trasladarse nuevamente con su familia a Medellín Colombia, a trabajar en un seminario bíblico evangélico, donde lleva trabajando 12 años.

Manuel habla de su vida con contentamiento. Demuestra una alegría nostálgica por los recuerdos de su vida, por recordar que alguna vez tuvo 20 años, energías para mochilear, ganas de conquistar al mundo y voluntad para dejar una huella en la sociedad.

Es un hombre amante de Dios y amante de su familia. En cierto sentido es perfeccionista y se exige excelencia en todo lo que hace, al igual que se lo exige a sus hijos. Ahora a sus 48 años vive una vida más tranquila, no demuestra ser el hombre que a los 20 practicaba paracaidismo y hacía campañas de salud en las tribus perdidas de la selva, pero lo que hace, lo hace con la misma pasión y entrega con la que ha hecho todo el su vida.

Por tiempos parece un hombre severo, aparenta muchos más años de los que en realidad tiene por una barba muy poblada y ya totalmente blanca yna una calvicie casi total. Sí es estricto en muchas cosas, pero severo no. Tiene ideologías muy concretas y no “come cuento de nadie”. Le gusta descubrir las cosas por sí mismo y cualquier conversación que se sostenga con él tiene que ser estructurada, argumentada e inteligente, por lo contrario simplemente no perderá su tiempo en conversaciones vacías.

A pesar de ser tan exigente en todas sus actividades, lo que más le gusta hacer es dormir y cocinar. Le gusta relajarse, subir los pies y descansar en una hamaca, un sofá o una mecedora, simplemente mirando el paisaje mientras disfruta de un buen vino o una buena cerveza.

Es un hombre de múltiples facetas, pero firme en lo que cree y piensa, no es fácil persuadirlo porque hasta puede llegar a ser terco, pero estos atributos lo han llevado a ser quien es hoy, un hombre respetado y admirado por sus compañeros de trabajo, su familia y sus amigos, alguien a quien acuden en momentos de dificultad para escuchar una palabra que los aconseje y los ayude a encontrar el camino correcto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario